Al igual que muchas otras películas sobre viajes en el tiempo, esta entrega de nuestros mutantes favoritos pretende influir y con suerte cambiar muchas cosas del pasado, reconstruyendo la historia y acercándola más a lo que los fanáticos de los cómics conocemos.
Con “X-Men: Días del futuro pasado” FOX ha reivindicado a los mutantes dándole a los fanáticos lo que habían pedido desde hacía mucho tiempo, una historia con más sentido (dentro de lo que se puede desear, ya que si tienes sus fallas, pero su desarrollo acomoda muchas cosas).
Una de las mejores películas de FOX sobre nuestros adorados mutantes.
No es un reinicio, es un reajuste
Cuando la vieja trilogía de X-Men llegó a su fin, muchos fanáticos quedaron a la deriva preguntándose qué vendría ahora. Se necesitaba de algo que pudiera ajustar todos los errores que se cometieron en el pasado con el desarrollo de la historia. Es aquí cuando la idea de un “Reboot” se hace presente en la mente de todos y es justo cuando aparece “X-Men: Primera Generación”.
Muchos creyeron que esto era el comienzo de una nueva saga de películas sobre los mutantes, pero resulto todo lo contrario fue el primer paso hacia el desarrollo de una historia más completa, el primer paso hacia Días del futuro pasado. Viajes en el tiempo, quizás inesperados.
Viajes en el tiempo: Uniendo el pasado con el futuro
En esta entrega podemos ver cómo los últimos mutantes combinan fuerzas para resistir al último ataque que supondrá su extinción, los viejos Magneto y Profesor X a los que estamos acostumbrados de la anterior trilogía dejan sus diferencias de lado una vez más para salvar lo que queda de su mundo.
Básicamente el argumento de la película propone enviar al pasado a Logan (Wolverine) para que altere los eventos del mismo y evitando que se desarrolle una tecnología capaz de destruir a todos los mutantes.
Lo particular de este viaje en el tiempo es que no se trata de un viaje físico (si es que se le puede llamar así), donde el sujeto entra en una máquina del tiempo y viaja físicamente al pasado, pudiendo encontrarse a sí mismo y alterando los sucesos desde su “cuerpo presente”. No, no se trata de eso.
Al igual que es Steins Gate (un fabuloso anime sobre viajes en el tiempo que también tienes que ver), este viaje en el tiempo consiste en trasladar la conciencia de Logan al pasado, a su cuerpo en el pasado, de modo que él pueda controlar su cuerpo en el pasado siendo consiente de los sucesos que ocurren en su presente ¿Un poquito complicado, no les parece?
Este tipo de viaje en el tiempo es bastante inestable, sobre todo porque la habilidad de “Kitty” Pryde para enviar la conciencia de Wolverine al pasado (además de su habilidad para atravesar las paredes) le exige que esté totalmente concentrada, así que cualquier mínima distracción o herida puede interrumpir la conexión, y pues podemos ver eso en varias escenas de la película.
De modo que el futuro pende de un hilo, y de lo resistentes que puedan ser el pequeño grupo de mutantes en evitar que lastimen a “Kitty” y deshagan la conexión con el pasado.
Un espectáculo visual increíble
En sí misma la película tiene un buen desarrollo, mostrándonos la unión de ambos mundos, dándoles a los fanáticos de la pasada entrega y a los de la vieja trilogía lo mejor de ambas historias, ya que podemos relacionar directamente a varios personajes en sus diferentes versiones en el tiempo.
Esta entrega tiene momentos épicos, tales como la conexión del Profesor X con su versión más joven a través del tiempo haciendo uso de sus poderes mentales usando la mente de Logan como canal, los impresionantes efectos especiales que nos muestran los poderes de Magneto y Wolverine como unos de los mutantes más poderosos, y para rematar la impresionante y divertida escena de Quicksilver moviéndose a toda velocidad, simplemente impactante.
Como película de viajes en el tiempo, “X-Men: Días del futuro pasado” no aporta mucho al mundo del cine, pero te mantiene pegado a la pantalla hasta su final.